El turismo religioso es, sin duda, fuente de gran número de ingresos para el sector turístico. Las ciudades santas como Jerusalén, La Meca o el Vaticano son claros ejemplos del peregrinaje, tanto de fieles como de curiosos, a ciudades que poseen un fuerte arraigo religioso.
Pero no son estos tres puntos tan emblemáticos los únicos elegidos por los viajeros, de sobra es conocido el fervor en España por la Semana Santa, declarada en muchas ciudades de Interés Turístico Internacional, que reporta al sector hostelero una fuerte cantidad de ingresos. Las romerías a la Virgen de Fátima, en Portugal, o a la Virgen de Lourdes, en Francia, son otros de los destinos multitudinarios que promueve la religión. La Ciudad de México se convirtió en 2007 en la población más visitada por el turismo religioso mundial gracias a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Sin olvidarnos de la cantidad de peregrinos que llegan a Santiago de Compostela cada año de las más variadas nacionalidades.
No solo la fe es el motivo elegido para visitar todos estos lugares, los amantes del arte encuentran en las iglesias, santuarios y demás monumentos sagrados auténticos museos.
Castilla y León ofrece desde el año 1988 una exposición anual que lleva por nombre Las Edades del Hombre. Concebida además de por su carácter religioso y eclesiástico, según su organización, para la promoción de la cultura, a través de la conservación, desarrollo, protección y difusión del patrimonio que poseen las once diócesis católicas en la comunidad. Son numerosas las personas que visitan cada nueva edición.
Este año, Las Edades del Hombre se muestra por primera vez en dos puntos distintos de la provincia y lleva por título “Passio”. Una parte se ubica en la Iglesia de Santiago de los Caballeros de Medina de Rioseco y la otra en la Iglesia de Santiago el Real de Medina del Campo.
Esta exhibición religiosa se ha convertido en el mayor de reclamo de visitantes para Medina del Campo, villa de la provincia de Valladolid de más de 20.000 habitantes que oferta al visitante una larga lista de razones para conocerla.
Medina del Campo es tierra de campos, tierra de vinos, de toros, de muebles, residencia de reyes en otra época… Son muchos los buenos motivos por los que dedicar un fin de semana a esta localidad.
Uno de ellos es el enoturismo, una nueva concepción del turismo extendida por toda la península. El poder recorrer las bodegas y disfrutar la cata de los caldos de la denominación de origen de Rueda, perteneciente a la Comarca de la Tierra de Medina, es sin duda, un gran plan para todos aquellos amantes del vino. Hay 14 bodegas visitables de las 58 que conforman la D.O. Rueda. Su especialidad es la variedad de uva conocida como “la verdejo”.
Otra opción es la notable afición por los toros de los medinenses que cuenta con una larga tradición de los encierros, datando estos de finales del siglo XVI y principios del XVII. El recorrido comienza en el campo, desde donde los toros son guiados por caballistas que reconducirán al ganado hacia la entrada en la zona urbana, en la que darán paso a los corredores que dirigirán a los morlacos hasta el ruedo.
Gran prestigio tiene la villa por su zona comercial. Destaca el sector dedicado al mobiliario de la casa, siendo conocida como “ciudad del mueble” por su gran variedad de fábricas y la alta calidad de sus maderas. Además, se aprovecha el fin de semana al completo, porque los domingos en Medina están abiertos la mayoría de los establecimientos. Los habitantes de los pueblos vecinos acuden también al mercado de verdura y ropa situado en los alrededores de la plaza de toros.
El turismo de salud es otra de las causas por las que visitar este municipio vallisoletano, el balneario Palacio de las Salinas nos proporciona un sinfín de terapias termales.
Si prefieres una ruta por los monumentos más importantes que alberga este pueblo, la primera parada es el Castillo de la Mota o el Palacio Testamentario ambos residencia de los Reyes Católicos.
Bien sea por motivos religiosos, por el paisaje, por la gastronomía, por la cultura o por la necesidad de cambiar de aires, viajar el uno de los mayores placeres que nos da la vida. Así que no lo pienses más y prepara tu próximo destino, ya tienes TU BILLETE AL FIN DEL MUNDO.
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