El turismo literario está en auge, es una modalidad de turismo cultural que nos invita a visitar lugares que conocimos por los libros, una nueva fórmula para disfrutar de las calles y monumentos de ciudades que página tras página se describen en algunos relatos. También son de interés las zonas donde vivieron sus autores y que fueron el motivo de su inspiración.
Las agencias de viajes se han dado cuenta de ello y ya ofrecen al viajero una larga lista de países relacionados con alguna gran obra de la literatura. Ofrecen rutas organizadas con guías y mapas literarios. Hace algunos años el periódico El Mundo publicó un reportaje de gran utilidad para conocer diferentes puntos en Europa donde disfrutar de los escenarios que dan vida a los más variopintos personajes.
Se cree que el origen de este tipo de turismo comenzó gracias a la obra “En busca del tiempo perdido” de Marcel Proust. La publicación tuvo tantos admiradores y fueron ellos mismos quienes inauguraron esta nueva forma de viaje, haciendo de Normandía el viaje literario por excelencia. La lista de países es extensa, con autores de renombre y obras maestras, pero también grandes best sellers de la actualidad han generado, en sus miles de lectores, gran interés por conocer las ciudades donde transcurren los hechos que se relatan en su novela.
Como ejemplos de ello, se pueden nombrar dos de las novelas de Dan Brown, El código Da Vinci y Ángeles y demonios, el primero describe minuciosamente varias zonas de París y el segundo lo hace de Roma y el Vaticano. En España, el tan elogiado libro de Carlos Ruiz Zafón La Sombra del Viento o La Catedral del Mar de Ildefonso Falcones han hecho de Barcelona otro destino para sus lectores. El Madrid de Ernest Hemingway, el Dublín de Oscar Wilde…
Otro de los grandes autores que ha paseado su ciudad de origen por su obra ha sido el recientemente fallecido Miguel Delibes, que con El Hereje, último gran éxito del escritor vallisoletano publicado en 1998 y que recibió el Premio Nacional de Narrativa, ha creado toda una legión de seguidores del turismo literario.
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Cada 13 de mayo con motivo de las fiestas de San Pedro Regalado, patrón de la ciudad, Valladolid rinde su particular homenaje a Miguel Delibes ofreciendo la representación teatralizada de la Ruta del Hereje a cargo de Teatro Azar. Esta ruta se creó como agradecimiento al escritor, por su amor al lugar que le vio nacer, por haber llevado sus calles al papel y por el reclamo turístico que ha supuesto dicho libro.
Delibes nos describe la ciudad del siglo XVI. A través de las peripecias vitales y espirituales de Cipriano Salcedo, protagonista de la novela. Dibuja con mano maestra un retrato del Valladolid de la época de Carlos V, de sus gentes, sus costumbres y sus paisajes.
“Asentada entre los ríos Pisuerga y Esgueva, la Valladolid del segundo tercio del siglo XVI era una villa de veintiocho mil habitantes, ciudad de servicios a la que la Real Chancillería y la nobleza, siempre atenta a los coqueteos de la Corte, le presentaban un evidente relieve social.”
Así comienza en El Hereje la descripción la ciudad, cuna de muchos escritores de renombre como Miguel de Cervantes, José Zorrilla, Rosa Chacel o Jorge Guillén.
La representación visita once puntos históricos, escenario de los hechos descritos en la novela. La ruta teatralizada solo se realiza en mayo, pero la Diputación de Valladolid ofrece el mismo recorrido con un guía turístico durante todo el año, si aún no conoces la ciudad, ya tienes un motivo para descubrirla.
La obra de teatro itinerante da comienzo en la plaza San Pablo, entre la Corredera de San Pablo (ahora calle de las Angustias) donde nació el protagonista de la historia, zona aristócrata de la ciudad y el Palacio de Pimentel, ahora sede oficial de la Diputación Provincial.
Tras situarnos en el contexto de la época, los actores inician el paseo seguidos por numerosos autóctonos y turistas que formarán parte del cortejo del recorrido, que durará dos horas.
El Hereje nos desvela el mundo de los letrados mostrándonos en la plaza de Santa Brígida el convento con el mismo nombre y el que fuera el Palacio del Licenciado Francisco de Butrón, abogado de la Real Audiencia y Chancillería, convertido hoy en el Archivo General de Castilla y León.
El Palacio de Fabio Nelli, Museo Provincial de Valladolid, es el decorado de una breve escena de un autor de la época, este año fue el turno de Lope de Rueda y su obra Las Aceitunas. En torno a la plaza de Palacios se ubicaron las principales mansiones y casas palaciegas de Valladolid, como el Palacio de los Valverde.
Caminamos detrás del carromato tirado por los comediantes por la calle de los Expósitos, donde se asentaba la judería y la familia del protagonista tenía su almacén de lanas. Avanza el paseo por una de las calles con más encanto de la ciudad, la calle Santo Domingo de Guzmán, donde se encuentra el Convento de Santa Catalina, Santa Clara y Santa María de Belén, importantes durante la época de la Reforma.
La siguiente parada nos muestra la Capilla de Fuensaldaña, lugar donde fue enterrada Leonor de Vivero, madre del Doctor Cazalla, la iglesia de San Agustín y el Museo de Arte Contemporáneo.
Bajo la fachada de la iglesia de San Benito el guía turístico, que aporta a la ruta datos históricos sobre los monumentos y la forma de vida de la gente de la época, nos habla del edificio situado enfrente, la Casa de Alonso Berruguete, destacado escultor que se nombra en la novela.
La octava parada tiene lugar en la Plaza de Fuente Dorada, donde Cipriano Salcedo disfrutaba de los vinos de Rueda en la Taberna de Garabito. Dando algunos pasos entramos en la Plaza Mayor, donde tuvo lugar la celebración del Auto de Fe en el que fueron condenados muchos de los que defendían la Reforma, entre ellos el personaje creado por Delibes.
Los artistas del Teatro Azar nos conducen por la calle Santiago hacia el Parque del Campo Grande, pasando por delante de la iglesia de Santiago, donde una placa recuerda que el doctor Cazalla ofreció numerosos sermones allí. Al final de la calle se sitúa una de las plazas más conocidas de la ciudad, la Plaza de Zorrilla, espacio que recoge gran número de edificios emblemáticos como la Academia de Caballería o la Casa de Mantilla y la entrada al llamado “pulmón” de Valladolid, su puerta principal fue testigo de la ejecución de los condenados por la Inquisición.
Finalmente, en el interior del parque tiene lugar la última representación de la ruta, donde fueron quemados los herejes, con el monólogo de Minervina Capa, nodriza de Cipriano Salcedo.
Tras dos horas de paseo por algunas de las principales calles de Valladolid podemos revivir la novela de Miguel Delibes y conocer la historia que vivió la ciudad durante los años de la Reforma de la Iglesia promovida por Lutero. Cada año son más numerosos los turistas que disfrutan de este recorrido y aprovechan para participar en las diversas actividades que se ofrecen durante la fiesta del Patrón San Pedro Regalado, conciertos, concursos de pintura o el mercado castellano.
Unir lectura con turismo es un buen invento que mezcla la parte intelectual de los libros con el deleite para la vista y el resto de sentidos que nos ofrecen los viajes.
VIDEO RESUMEN DE LA RUTA DEL HEREJE
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